jueves, 20 de febrero de 2014

Roletto y Stringa

El lunes 17 de febrero falleció Roberto Stringa, el recordado "Gallego" que vistió la celeste durante dos temporadas (1963 y 1964). No es agradable iniciar la temporada de publicaciones con una triste noticia, pero nobleza obliga. Para la oportunidad "Historia del Club Temperley" ofrece una nota que fue publicada hace más de tres años.


¡Chau Gallego, y gracias por todo!
Con Roletto y Stringa en La Plata, en agosto de 2010.

Dos futbolistas Celestes que escribieron una página destacada en la historia del Club Temperley. Después de una charla amena, en la siempre arbolada y pintoresca Ciudad de La Plata, coincidieron en el cariño por el Celeste y recordaron que su paso por Temperley les dejó las mejores vivencias en sus carreras. Quieren volver a visitar el club al que no regresaron después de aquellos años felices. ¡Teléfono para los muchachos de la Peña Celeste Capital!

El Gallego y el Negrito, otra vez juntos por Temperley


Guillermo Santiago Roletto

Nació en La Plata, el 12 de marzo de 1940. Se inició en las divisiones inferiores de Gimnasia y Esgrima hasta alcanzar la primera división en 1959 al producirse su debut el 11 de noviembre frente a Independiente, en cancha de Gimnasia. El partido finalizó igualado en tres tantos. Siguió alternando en el primer equipo, en distintos puestos del ataque, hasta que se lesionó en un choque con Nardiello, delantero de Boca Juniors, el 3 de septiembre de 1961. Gimnasia ganó en La Bombonera por 2 a 0. Fue su última aparición en la primera del Tripero.

La lesión provocada en un tobillo le llevó más tiempo del habitual para recuperarse. Reapareció en la reserva de Gimnasia y en 1963 surgió la posibilidad de ir a Temperley. Fue adquirido en calidad de préstamo junto a Ricardo Sartori. Para los Celestes se desempeñó en la posición de Nº 10 y en algunas ocasiones como centrodelantero.

Mario Boyé estaba a cargo de la dirección técnica desde el año anterior y bajo su conducción comenzó a gestarse el gran equipo que en 1964 estuvo a un paso del ascenso. También llegaron al club Diéguez, Stringa, Chiche Diz y Giordano -que volvía de Argentino de Quilmes-. Estos jugadores se sumaron a Tarabini, De Udaeta y Janín que ya estaban en Temperley.

El cuadro Celeste, que venía esquivando el descenso en las últimas temporadas, realizó una buena campaña en la que obtuvo más de la mitad de los puntos en juego y se ubicó a siete unidades de los punteros. Vale recordar que ese torneo finalizó con un cuádruple empate en el primer puesto entre Ferro, Unión, San Telmo y Sarmiento. Los Verdes, de Caballito, se llevaron el cuadrangular de desempate y el ascenso a primera.

11 de mayo de 1963. Temperley derrota al puntero, Deportivo Morón, 
por 3 a 1. Diz, Roletto y Calabró convirtieron los goles.
Parados: Kuroña (arquero suplente), Ayude, De Udaeta, Civrán, Julio, 
Giordano y Diz. Hincados: Minitti, Lucero, Calabró, Roletto y Stringa.

Justamente contra Ferro, Roletto jugó su último partido en Temperley. Fue derrota para los Celestes y por un amplio marcador (1-4). El matutino La Nación comentó: “Clima hostil y de suspicacias hacia la actuación del equipo por parte de 300 simpatizantes de Temperley que irrumpieron en la sede y rompieron algunos vidrios y sillas. Quince días antes, los jugadores eran aplaudidos después del triunfo ante Newell’s”.

Las eternas paradojas del fútbol se sintetizan en esas pocas líneas. Pero Temperley había tenido muy buenas actuaciones, a saber : goleada a Nueva Chicago, en Mataderos (4 a 1) con goles de Diz y Diéguez -en su debut-. Triunfos ante Morón y Quilmes, como local, seguido de un merecido “batacazo” ante Newell´s, en Rosario, por 2 a 0. En la segunda rueda mantiene el invicto durante seis fechas con victorias ante Lanús (1 a 0), Central Córdoba, en Rosario (1 a 0) y Nueva Chicago (3 a 0), seguido de un empate (3 a 3) frente a Platense, en partido de trámite cambiante. Cae ante San Telmo por 1 a 0, en el Beranger, en un encuentro ampliamente favorable a Temperley y en el que se le negó el gol en todo momento a los Celestes. Triunfos ante Los Andes, Quilmes y el nombrado ante Newell´s Old Boys. 

El Gráfico cubrió el triunfo de Temperley ante Morón.
Roletto y Diz: jugadores destacados
 
Roletto, que había debutado en la segunda fecha del campeonato frente a Lanús, redondeó un muy buen desempeño con 25 partidos jugados y 8 goles convertidos.

Al finalizar la temporada, volvió a su club de origen el que, a su vez, lo cedió a préstamo a Sarmiento. En Junín permaneció durante 6 meses, llegó a jugar un partido y debido a que la vieja lesión del tobillo se había agravado, él mismo solicitó la rescisión de su contrato en un acto de caballerosidad difícil de encontrar en los tiempos actuales.

Parcialmente recuperado se alistó en Círculo Deportivo Nicanor Otamendi, club marplatense para el que jugó hasta 1970, año en el que finalizó su carrera futbolística.


Roberto Stringa
Nació en La Plata, el 5 de febrero de 1938. Se inició en las inferiores de Estudiantes, club en el que jugó en su primera división y en 1963, con el pase en su poder, se incorporó a Temperley. Fue el único jugador de los Celestes con asistencia perfecta sumando las dos temporadas en las que integró el plantel. En total disputó 55 partidos entre 1963 y 1964.



En su segundo año en Temperley, Stringa renovó su vínculo con el club a pesar de que era codiciado por Nueva Chicago. En 1964 el campeonato de Primera B fue dividido en zonas Norte y Sur. Temperley era serio candidato al ascenso. El juego atildado y de gran poder ofensivo, practicado por el conjunto celeste, llevó a Temperley a adjudicarse la Zona Sur superando por seis puntos a Lanús y a Central Córdoba, sus contrincantes más cercanos en las posiciones. En la etapa final de la competencia llegó a la última fecha para disputar un partido contra Platense definitorio por el ascenso.


 Temperley 1964. Parados: Arrigó (D.T.), Ayude, Civrán, Julio, Stringa,
De Udaeta, Janín y Grasso (P.F.). Hincados: Minitti, Demarco,
Diéguez, Tarabini y Diz. ¡Y el Gallego se puso la de Gimnasia!

 
Aquel partido con Platense

Fue un partido malo, de mucho nervio. Temperley empezó con cautela, replegando a sus hombres y buscando el contraataque. Más tarde adelantó sus líneas, pero a pesar de dominar terreno y balón, la contundencia fue de los Calamares. Platense abrió el marcador a los 31’ por intermedio de Olindo Guzmán y a partir de ese momento se cerró sobre su defensa para contener el aluvión desordenado del Celeste. Los encuentros entre Diéguez y Tarabini eran esporádicos y tampoco alcanzaba con los desbordes de Chiche Diz. Hay un presunto penal a Diéguez que el árbitro no juzga como infracción y en un contraataque letal, el centrodelantero Garro se anticipa a la lentitud de Julio y define el pleito. Un minuto después, Stringa se va expulsado, luego de protagonizar un episodio pugilístico que aún hoy es motivo de discusiones -entre los memoriosos que peinan canas- en el entretiempo de los partidos jugados en el Beranger.

Laprevendere, un joven puntero uruguayo, reemplazaba a Miranda, titular indiscutido en Platense, quien había sido marginado por el técnico de los Calamares, Antonio Faldutti, imponiéndole una sanción disciplinaria al jugador. Desde el comienzo, el pícaro delantero lo “buscaba” a Stringa para sacarlo del partido, tal vez inducido por los referentes del equipo, quienes aprovecharon su desfachatez de botija. Corrían los minutos y la cosa iba aumentando de voltaje, hasta que consumado el gol que definió el partido, el Gallego explotó y sobrevino lo que todos los Celestes hemos visto o escuchado. A partir de ahí, se tejieron decenas de conjeturas y nació la fábula: que los jugadores entregaron el partido, que Stringa sabía y por eso se sacó la camiseta arrojándola a la tribuna, que vieron a “Fulano” y a “Mengano” hablando con extraños en el café lindero a la AFA unos dias antes del partido, etc., etc., etc …

Stringa en acción contra el "7". Pestarino y Tarabini intentan frenarlo.



“Estaba con tal calentura que después de que Pestarino me expulsó salí caminando  y desde la platea escuchaba los gritos de la gente. En ese momento no sabía si eran contrarios o de Temperley, así que casi por instinto, besé la camiseta, me la saqué y la arrojé a ese  grupo de hinchas”. Relata Stringa el último acto del famoso partido.      

Para el decisivo encuentro, los jugadores de Temperley concentraron en una quinta de Hernández, en las afueras de La Plata. Guillermo Rotgardt, el preparador físico de los celestes, gestionó la cesión del predio. El padre de Stringa se encontraba mal de salud y el Gallego solicitó permiso para ir a visitarlo. Tan estricto fue el régimen de reclusión del plantel, que se le negó la salida al jugador, pero fueron a buscar a su papá en un automovil y lo llevaron a Hernández para encontrarse con él. Por lo tanto, es falso que hubiesen visto a algunos jugadores en un bar de la calle Viamonte, sencillamente porque eso era imposible. Ninguno de los integrantes del plantel salió de la concentración hasta el día del partido. Allí fueron llevados, en un micro privado, hasta el estadio de Atlanta.

Luego de la derrota y en medio del triste y silencioso vestuario de Temperley, Stringa fue detenido por la policía y conducido a una comisaría de Villa Crespo, según la ley que se aplicaba en aquel tiempo. Aunque parezca increíble, el Gallego estuvo preso cuatro días. Cuando lo largaron, Crosta lo llevó hasta su hogar en La Plata. El Tribunal de Disciplina lo sancionó con ocho fechas y tiempo después fue beneficiado con una amnistía decretada por la nueva intervención de la AFA, reduciéndole la pena a una fecha. Alejado de Temperley, firmó para Deportivo Morón, club en donde concluyó su carrera.


Dos amigos entrañables

Durante la charla se suceden recuerdos indelebles: los viajes interminables desde La Plata hasta Temperley junto a Sartori, Tarabini y el preparador físico Rotgardt. Los embotellamientos infernales en la barrera de 9 de Julio, cuando aún no existía el paso bajo nivel. El recuerdo de Alberto De Udaeta, que se fue hace un año y de Alfredo Amoroso, otro ex arquero Celeste que vive recluído en Tolosa. El buen grupo que se había formado.

Roletto escucha atentamente lo que el Gallego relata, como si estuviera en la cancha recibiendo alguna indicación y Stringa lo llama Negrito, con inocultable estima. Ellos mismos se rien de sus ocurrencias cuando se encuentran. El Gallego detiene su automovil en el semáforo, cerca de Roletto -que está parado en la puerta de su comercio- y le grita :

- “¡Anda tripero y la p###...rió!”

- “¿¡Y vos… pincha h###  de p###!?”

¡Los sorprendidos transeuntes no pensarían que son tan amigos!


 
 
Historia del Club Atlético Temperley. Marcelo Ventieri
Diario La Nación
El Gráfico
Gracias a Gustavo Roletto por facilitar la entrevista. 
Agradecimiento para Claudio Alvarez, por su invalorable aporte.